LA EDAD DE LA INOCENCIA.

AÑO: 1993
DIRECTOR: Martin Scorsese
INTÉRPRETES: Michelle Pfeiffer, Daniel Day-Lewis, Winona Ryder, Geraldine Chaplin, Miriam Margolyes.

SINOPSIS: En el Nueva York de 1870 todos los pertenecientes a la alta aristocracia se encuentran atrapados en una tela de araña configurada por los parentescos, las apariencias, la hipocresía y las traiciones. En este ambiente Newland Archer se promete con May Welland, con lo cual se emparentarán dos de las familias más importantes del momento. A partir de ese momento
 deberán esperar los dos años habituales para contraer matrimonio. Sin embargo, la llegada de una prima de la joven May, huyendo de Europa y de un marido despóta, precipitará toda la situación al sentirse Newland y la condesa Ollenska irresistiblemente atraídos el uno por el otro.

OPINIÓN: Bien, esta cinta de los noventa puede comentarse desde dos prismas opuestos. El primero, el más simplista, sería el de alguien que no se toma muchas molestias y puede decir que la cinta es un poco lenta y aburrida.
La otra, más compleja, sería la de alguien con algo más de capacidad crítica que, bajo el costoso vestuario, las melodías clásicas y los diálogos encriptados, puede hablar de un tórrido romance condenado desde el principio al escándalo y a no sobrevivir.
Puedo deciros que durante la primera hora de visionado me posicioné en el primer supuesto, pero que una vez finalizada la película, le concedí el beneficio de la duda y me propuse analizarla con un poco de perspectiva y tiempo, y sí se pueden comentar algunas cosas.
Quizá lo mejor de la cinta sea justo el retrato del Nueva York de mediados del S.XIX, y de la clase social alta, enredada en una maraña de parentescos de los que no se pueden escapar, y que son el sustento del prestigio de cualquier familia. Los convencionalismos y las apariencias son las rutinas de las que tampoco se pueden escapar, salvo por el subterfugio de la hipocresía y las traiciones, que se pueden concretar por ejemplo no acudiendo a alguna cena, lo que se traduce inmediatamente como un desaire a la familia que invita (salvo que se tenga una coartada o excusa perfecta, en cuyo caso se queda libre de culpa).
Ese ambiente de asfixia y de doble moral queda magistralmente registrado, y en él se insertan los tres protagonistas principales, que en principio solo son dos, porque Winona Ryder es como una pincelada desconcertante que aparece aquí y allá. Desde el momento en que Pfeiffer aparece en la cinta, ella y Daniel Day-Lewis se adueñan de todo. Su historia de amor queda condenada desde un principio al fracaso por el miedo a un escándalo y porque el personaje interpretado por Winona Ryder, casi en la sombra, mueve convenientemente todos los hilos para que así suceda. A pesar de que saben que no deben enamorarse, Newland y Ollenska no pueden luchar contra sus sentimientos, y tratan contra viento y marea de materializar sus encuentros a través de un sinfín de invitaciones, cenas y visitas que deben orquestarse con el mayor de los sigilos para no levantar sospechas.
Solo casi al final de la cinta el personaje de May da un golpe de efecto al desvelarle el hijo al padre que ella estaba al corrinte de todo, que era conocedora de la pasión que sentía su marido por su prima pero que aún así se quedó al lado de ella, y por eso le amaba.
En resúmen, una cinta clásica sobre el clásico mundo de la aristocracia y sus tejemanejes, un drama sobre qué ocurre cuando dos personas que no están autorizadas a estar juntas se enamoran: las habladurías, las traiciones, el miedo al escándalo... Lo raro de esta cinta es su director, que no suele asociarse a este tipo de historias románticas y, para más inri, de época.

LO MEJOR: La escena en que, a punto Newland Archer de dejarlo todo para marcharse con la Condesa Ollenska, May le comunica que está embarazada. Con ello le manipula, le atrapa para siempre y le aleja de ella. Para mí resume lo esencial de la cinta, que son las estrategias o mecanismos de supervivencia: de la nobleza, de las familias y de las personas, y que pueden materializarse en parentescos, alianzas, matrimonios, bodas y embarazos, entre otros.
La escena en que Newland observa a Madame Ollenska en el muelle, esperando a ver si se vuelve a mirarle o no, está cargada también de tensión. Es un momento importante de la cinta ya que tendrá sus repercusiones.

LO PEOR:  Los créditos de apertura de la película, con ese montón de flores abriéndose de par en par se ha quedado grabada a fuego en mi retina. Me inclino a pensar que Scorsese lo ve como algo erótico, todas esas flores abriéndose y mostrando su interior y sus secretos... pero a mí me pareció tan, tan cursi que casi me hace vomitar...
La duración es otro punto a tener en cuenta. Es demasiado larga, para mi gusto.
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