PALMERAS EN LA NIEVE.

AÑO: 2015
DIRECTOR: Fernando González Molina
INTÉRPRETES: Mario Casas, Alain Hernández, Berta Vázquez, Macarena Garcia, Adriana Ugarte, Emilio Gutiérrez-Caba, 


SINÓPSIS: Kilian es un joven que abandona las montañas de Huesca para ir a trabajar a Fernando Poo, colonia española en Guinea Ecuatorial. Allí descubrirá
una tierra fértil, un pueblo lleno de creencias y con una cultura propia; conocerá el trabajo duro, el maltrato, la amistad, el amor, y la sinrazón.


OPINIÓN: Palmeras en la nieve es una gran película. Larga (dos horas y tres cuartos de metraje), pero no se hace pesada. Con saltos del pasado al presente, pero muy bien hilada. Es uno de esos dramas que giran en torno a una tierra (que, no nos engañemos, es la principal protagonista de la cinta), a los terratenientes que la trabajan y a sus familias (familias casi siempre malditas y heridas), y a las personas explotadas y maltratadas que, sin embargo, son sus legítimos dueños.
La historia de las colonias españolas es una gran desconocida para los propios españoles. Yo misma estudié Historia en la Universidad y sobre las colonias poco o nada aprendí, salvo enumerarlas y algo sobre sus procesos de independencia. Nada sobre como se llegó allí, por qué las reclamamos, cómo las explotamos, cómo maltratamos a sus habitantes y cómo cuando los pueblos autóctonos decidieron tomar las riendas de su destino, los abandonamos a su suerte y salimos huyendo. No es fácil aventurar que, en ese sentido, esta película seguramente está bastante descafeinada, pero aún así sirve para hacerse una idea de lo que pudo suceder en estas colonias.
Palmeras en la nieve cuenta la historia de la finca Sampaca, en Guinea Ecuatorial, de los españoles que explotaban el cacao, y de cómo los hechos acaecidos en el pasado extienden sus tentáculos hasta el presente. La película se centra sobre todo en la vida de dos hermanos, y como tantas otras veces uno de ellos es una de esas personas que no puede escapar de su propia naturaleza, que va sembrando la discordia y la destrucción por donde quiera que posa sus ojos. Ése es Jacobo. Kilian es su álter ego, el hermano bueno, el que tiene conciencia, el que percibe que el comportamiento de los españoles no lleva a nada bueno y traerá consecuencias en el futuro; el que nació en aquella tierra aunque ni siquiera lo recuerde, y que sin saber muy bien cómo ni por qué siente que pertenece a ella, y quiere aprender e integrarse en ella y sus habitantes. Ambos son hijos de Antón, un trabajador que ya nunca podrá regresar a su hogar porque su hogar ya es y será para siempre Bioko. 
Kilian nació en Sampaca, pero volvió a Huesca, la tierra natal de sus padres, siendo un niño. Transcurrido un tiempo él también es enviado a la plantación de cacao para labrarse un porvenir. Su  anfitrión será su hermano Jacobo, el mayor, que ya lleva tiempo trabajando allí, y que le descubre Santa Isabel, el lugar donde los hombres van a gastarse el dinero después de una dura jornada de trabajo. Kilian sin embargo siente que aquello no es todo, que hay algo más. Su padre entonces le lleva a descubrir la isla, y las gentes que en ella habitan. Entonces todo cambiará para Kilian, Jacobo y sus descendientes. 
El proceso de independencia de las colonias se filtra entonces en el filme como un protagonista más, y conduce toda la trama hasta su final.
No puedo contar gran cosa más pero es una película a la antigua usanza de las de esclavos y patrones, de mujeres ultrajadas e hijos bastardos, de pueblos oprimidos buscando su liberación, y del desprecio posterior por aquellos que les explotaron, que ahora se encuentran en el otro lado de la balanza. Yo la recomiendo para estas fechas navideñas que se prestan a salir y a ir al cine.

LO MEJOR: Me ha gustado mucho. Mario Casas está lejos de ser mi actor fetiche, pero en este papel está bien, aunque el malo malísimo atormentado pero sinvergüenza es Jacobo, y esos registros siempre tienen más matices. Su historia y la de Julia me parece una de las piedras angulares sobre las que se edifica la película, y el orígen de muchos males. 

LO PEOR: El romance entre Clarence y Eneko me parece gratuito, forzado y la escena de amor de la cascada y la playa fuera de lugar. El resto de los desnudos están más o menos justificados, pero éste me parece que no era necesario, sinceramente. Desconozco si en el libro en que está basada acontece así.



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